En la tarde de hoy jueves, 17 de noviembre, en la Casa del Deporte de Cantabria, se produjo algo desconocido desde hace mucho en el mundo de los bolos en cuanto a nivel regional se refiere. Y es que, tras 28 años a la cabeza, Fernando Diestro Gómez, ex-presidente ya de la Federación Cántabra de Bolos, entregó el testigo a Serafín Bustamante Cuesta.
«Al César lo que es del César». Poco podemos decir de la gestión y dedicación al mundo de los bolos durante esta larga etapa, no solo de Fernando, sino de toda su junta directiva, incluidos aquellos que nos dejaron hace un tiempo. Una labor intachable. El auge y crecimiento de nuestro deporte vernáculo no surgió de la nada, podemos estar seguros de ello. Y más aún, el resurgir de otras modalidades que hasta hace no tanto eran casi desconocidas, incluso en nuestra región. Y es que el trabajo de esta junta, muchas veces invisible, tiene su recompensa en lo que conocemos hoy día. Todos sabemos quiénes son los «culpables», aunque nos remitimos a nombrar a «Fernando y toda su junta directiva» (como bien rezaba la placa que nuestro club le entregó en la cena de clausura de temporada el pasado mes de octubre) para evitar caer en el error de dejar en el olvido el nombre de alguien que, a buen seguro, tuvo importancia en el crecimiento de nuestro deporte. Pues 28 años son muchos años para nombrar a todos aquellos que desde el día que entraron por la puerta pusieron su granito de arena, nunca mejor dicho, para tener lo que tenemos hoy. Un gracias no queda a vuestra altura, por lo que, egoístamente, permitidnos pediros que no nos abandonéis, seguid entrando en las boleras, los bolos no se merecen vuestra ausencia, y vosotros merecéis disfrutarlos desde otro punto de vista.
Por su parte, a partir de hoy mismo será otro bolístico, Serafín Bustamante Cuesta, quien tome las riendas de una Federación que no tiene otro rumbo que seguir su camino. En buenas manos lo recoge y con ganas de trabajar llega. Sin apenas llegar se encontraba con la ayuda que le ha brindado la junta directiva saliente desde un principio, para que la acogida sea lo más fácil posible. Es momento de formar «familia» y seguir construyendo sobre lo construido. Desde este club solo podemos darle nuestra bienvenida, así como desearle la mayor de las suertes en esta etapa que ya ha comenzado.