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¡Gracias!

2 de agosto de 2021

Una vez terminado el largo día de ayer, sentimos necesario hacer balance y ser agradecidos. Tras conocer las nuevas restricciones que entraban en vigor en la región el pasado jueves, nos vimos en la tesitura de preparar y organizar todo un Campeonato Regional Femenino a puerta cerrada, pues Santander se encontraba en alerta sanitaria de nivel 3. Afortunadamente, no todos los municipios se encontraban en la misma situación.

En ningún momento nos planteamos la posibilidad de trasladar la sede del Campeonato, pero una llamada de José Antonio Abascal, presidente de la Peña Bolística Riotuerto bastó para, no solo planteárnoslo, sino llevarlo a cabo, a sabiendas de lo que ello suponía, pues no es lo mismo organizar un evento así en tu propia sede que trasladarlo por completo a otra “ajena”. Y decimos “ajena” porque nunca nos sentimos fuera de casa, sino todo lo contrario.

Sentimos que La Encina fue por un día la Marcelino Ortiz Tercilla, y es de justicia agradecer todas las facilidades dadas, que hicieron que la organización de este Campeonato Regional Femenino fuese más sencilla de lo que podía parecer.En primer lugar, al Ayuntamiento de Riotuerto por acogernos en sus magníficas instalaciones; a José Antonio, David Abascal Monte y Julián Madrazo Monasterio, por su inestimable ayuda desde el primer minuto y hasta apagar las luces; a Justo San Emeterio Cobo y su gente de la P.B. Orejo Metálicas Llama, por abrirnos las puertas de El Ferial de Orejo como bolera auxiliar; a todos los pinches (Chuchi, Ángel, Víctor y Gabi, de la Escuela de Bolos Manuel García; David, Diego, Carmen y Eva); a los árbitros de la competición, a los medios de comunicación que cubrieron el evento y a todo el público asistente que disfrutó de un nuevo espectáculo a cargo de las jugadoras que se dieron cita.

Respecto a la competición en sí, poco que añadir a lo que pudimos presenciar. Por primera vez, 263 o 264 bolos no fueron suficientes para pasar el corte matinal; hasta siete jugadoras sobrepasaron los 400 bolos en tres concursos; una media de más de 143 no fue suficiente para llegar a la final para la que fue necesario un desempate, y superar los 700 bolos no fue sinónimo de ser campeona. La guinda hubiese sido ese récord al que Judit, flamante campeona, se quedó a tan solo un bolo de igualar y dos de superar.

En resumen, todo un espectáculo de unas chicas a las que también damos las gracias, no solo por su juego, sino por su comprensión en esta modificación de la sede que permitió que los aficionados al mundo bolístico viviesen en la jornada de ayer un auténtico espectáculo donde se derribaron 6.313 bolos en total y con la que se cerraba nuestra “Semana Grande” de bolos.