Un grupo de compañeros del Club Bansander partió el pasado 7 de septiembre para pasar un intenso fin de semana en Budapest. El día de la llegada, realizaron una visita panorámica por los lugares mas destacado de la capital húngara como: Plaza de los Héroes y su maravilloso conjunto escultórico, el Parque Municipal, la Avenida Andrassy considerada como la más bella de Budapest repleta de palacios y palacetes, los Puentes de las Cadenas, Isabel y Margarita, el Barrio de Buda con sus pintorescas calles con edificios neobarrocos, la Iglesia de Matías, el Bastión de los Pescadores con magníficas vistas del Parlamento, de Pest y del Danubio, así como las termas y el famoso café Nueva York , etc.
El día siguiente se dirigieron al Recodo del Danubio, visitando la impresionante ciudad de Esztergom, con el Puente de María Valeria, la Basílica-Catedral, a continuación visitaron la localidad de Visegrad donde conocieron la Fortaleza y sus magnificas vistas. A pocos kilómetros se encuentra la ciudad de San Andrés (Szentendre), conocida como la ciudad de los artistas, que también visitaron incluida la Iglesia Ortodoxa Blagovestenska.
Al día siguientes , domingo salieron hacia la hacienda de la Puszta Húngara (Gran Llanura), para asistir a un interesantísimo espectáculo que recoge las costumbres y habilidades hípicas húngaras en un ambiente tradicional que recrea el existente en los pueblos del país, y para reponer fuerza, almorzaron comida típica húngara en la propia hacienda al son de música de los zíngaros. Por la tarde-noche tuvieron la cena con un Goulash Party, en el que degustaron la célebre gastronomía húngara así como sus famosos vinos, al tiempo que disfrutaron de un animado espectáculo de música y danzas típicas, además de ver una magnifica panorámica nocturna de Budapest.
Para rematar la noche realizaron un paseo muy agradable en barco por el Danubio, viendo todos los magníficos monumentos iluminados, que son muchos de esta bella ciudad, destacando el maravilloso Parlamento y Palacio real y dando por concluida la visita, para regresar de nuevo a Santander. A pesar del denso programa tuvieron tiempo para el ocio y compras y por la noche para tomar sus copas por la ribera, el buen tiempo, sin duda, contribuyo, al éxito del viaje.